La evolución de la contabilidad en el mundo empresarial es necesario que se refleje lo más pronto posible en la enseñanza de esta materia en el ámbito académico. Puede ser que por ciertas necesidades didácticas de que el alumno neófito aprenda manualmente a hacer algunas cosas, un balance, por ejemplo, sin distraerse en si sabe o no Excel o cualquier otro paquete; o el hecho útil de que pueda ver en una sola hoja de papel doce o catorce esquemas de mayor y con ello entienda más rápidamente lo que le sucede a una empresa a través de los registros contables. Pero fuera de lo anterior, debemos llevar al alumno al registro en paquetes reales de contabilidad en computadora como Contpaq o COI o en aquéllos que los imitan casi con toda exactitud como Korvi y que, además, ahorran al profesor la pesada labor de calificar los ejercicios de sus alumnos.
La elaboración, el acceso y el uso de la balanza de comprobación, por ejemplo, cambia totalmente si se hace a la antigua de forma manual o si se lleva a cabo automáticamente en un paquete contable tal como, por otra parte, lo pide en la actualidad el SAT (Servicio de Administración Tributaria). La posibilidad de trabajar con un catálogo de cuentas previamente confeccionado a la medida de la organización, como sucede en la realidad, enfoca el razonamiento del alumno a la elección de la cuenta correcta para el registro e incluso la característica de que, por ejemplo, al momento de registrar el IVA le aparezcan las seis cuentas simultáneamente, le facilita el razonamiento, pero le obliga a realizar la elección en cada operación, hasta que interioriza el conocimiento y vuelve la elección una acto mecánico. Ciertos movimientos como los traspasos de cuentas o la determinación de la utilidad o pérdida del ejercicio, permiten al profesor mostrar a través de la balanza de comprobación como van quedando saldadas las cuentas de resultados o como la cuenta de Pérdidas y Ganancias muestra el resultado del periodo de la misma manera que lo hace el contador en el mundo real. Incluso algunos profesores prefieren que el alumno cree y suba al sistema su propio catálogo de cuentas dándole a este aprendizaje una mayor profundidad, ideal en los estudiantes de Contaduría Pública.
Puede optarse porque el propio paquete prepare el Balance y el Estado de Resultados o que sea el alumno quien lo haga, decisión también del profesor de acuerdo a los objetivos de su materia.
Los avances tecnológicos que podemos aprovechar en la enseñanza de la contabilidad son variados, flexibles y haremos bien en apropiarnos de ellos lo antes posible. Harán la clase más interesante para el alumno y lo acercarán a la realidad de lo que sucede actualmente en un departamento de contabilidad.
francisco.calleja52@gmail.com
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