Los métodos de depreciación

cochesLas empresas usan una sola manera para depreciar, pero siempre es importante recordar que hay diversas metodologías. A continuación se muestran algunas de ellas.

Método de línea recta.- Es el más simple y el más utilizado; supone que la depreciación es la misma para toda la vida útil del activo y se deprecia cada año una cantidad igual obtenida de dividir el costo total del activo entre el número de periodos de vida útil, para que al terminar se tenga una depreciación igual al costo original.

Si hay un valor de desecho (valor al final de su vida útil), la depreciación más el valor de desecho será igual al costo original del activo.

Depreciación por fondo.- Este método se usó como una variante del método de línea recta, colocando un monto igual al de la depreciación en un fondo que ganaba intereses, de manera que el monto depositado, igual a la depreciación, aumentaba por los intereses ganados. Lo anterior permitía tener al final de la vida útil del bien una cantidad mayor para reponerlo y contra restar la inflación.

Método de la suma de los dígitos o base fija porcentaje variable.- La idea es que el cargo por depreciación a los resultados sea mayor el primer año y vaya disminuyendo en cada periodo de vida útil del bien. Si el activo va a durar tres años, estos años se ordenan: 3, 2 y 1, se suman y con el resultado como denominador se calcula la depreciación, en este ejemplo el primer año se depreciarían 3/6, el segundo 2/6 y el tercero sólo 1/6. Esta metodología pretende reflejar la baja acelerada de valor que sufren algunos activos al principio de su vida.

Si los dígitos se dejan ordenados de modo ascendente se tiene, obviamente, un método en que al principio de deprecia menos que al final y es la contra parte del método siguiente.

Método de porcentaje fijo y base variable.- En este método se carga cada año a la depreciación un porcentaje fijo del valor en libros del activo, como el valor en libros va disminuyendo, el cargo a resultados también disminuye. Un activo con un valor de $300,000 y vida útil de cinco años, tendría el primer año una depreciación de 45% de $300,000, es decir, $135,000; el segundo año tendría 45% de $165,000 ($300,000-$135,000), o sea, $74,250 y así sucesivamente. El cálculo debe cuidarse para que el último cargo a resultados sea el menor.

Método por unidades producidas o por kilómetros recorridos.- Aplicable a la maquinaria o al equipo de transporte, consiste en dividir el costo del activo entre el número total estimado de piezas que producirá durante su vida útil, dicha división da una cuota que se multiplica por la producción del periodo y corresponde a la depreciación de dicho periodo. En el caso de equipo de transporte la operación es idéntica sólo que realizada en función del total de kilómetros que podrá recorrer durante su vida.

No olvidemos que la depreciación es la distribución del costo de un activo entre los periodos de vida útil, seleccionemos el mejor método para ello.

francisco.calleja52@gmail.com

Las materias que estudian los contadores

librosUn asunto debatido en los claustros académicos de las universidades es qué materias deben estudiar los futuros contadores. El asunto es importante e interesante, pero también hay que colocarlo en su justa dimensión.

Es un hecho que los contadores de todas las épocas han estudiado tres tipos de materias: las fundamentales en su vida profesional, las que no sirvieron de nada y las que tardaron años en entender por qué habían estudiado.

Los contadores estudian un grupo de materias contables fundamentales, por ejemplo, Contabilidad Financiera, Contabilidad de Costos, Contabilidad Gerencial, Contabilidad Intermedia y Contabilidad Avanzada. Pero también debemos aceptar que no siempre fue así, pocos recuerdan que Contabilidad Intermedia apareció en los planes de estudio poco después de 1970, para sustituir a la antigua Teoría de Estados Financieros o que los contadores de hace cuarenta años no estudiaban Contabilidad Gerencial, ni Contabilidad Avanzada y que Presupuestos era un tema escondido por allí en alguna materia, pero que no era digno de atención. En cambio el Punto de Equilibrio tardó en encontrar su lugar en los planes de estudio y es célebre el caso de un estudiante, en una gran escuela privada, al que le explicaron el tema cinco veces en cinco diferentes materias.

Auditoría sufrió una regresión, cuando en sus mejores momentos abarcó tres cursos, totalmente prácticos y ahora muy apenas se le destinan dos cursos, más bien teóricos, dónde los alumnos aprenden a redactar dictámenes, pero no a realizar cédulas, tal como se hace en los despachos.

Finanzas creció notablemente, con diversas materias de Administración Financiera, en algunas instituciones hasta tres o más cursos, analizando diversas posibilidades y enfoques de ese campo.

Debe reconocerse también que los aspectos matemáticos han aumentado, aunque siempre queda la pregunta si estos temas no deberían ser vistos en la preparatoria. Los antiguos planes de estudio sólo consideraban Matemáticas Financieras y Estadística, asumiendo que todo lo demás el estudiante lo había aprendido en el nivel previo y ahora hay varios cursos de matemáticas, de los que algunos cuestionan su utilidad práctica.

Finalmente, está el área de Derecho que hace años tenía una excesiva presencia en el plan de estudios y ahora casi parece haber desaparecido. Contra estudiar Derecho Civil, Derecho Mercantil, Derecho Administrativo, Derecho Laboral, Legislación Fiscal y Legislación Bancaria, los estudiantes actuales apenas tienen un par de cursos de derecho en el que están entremezclados todos los temas.

Pero no se malinterprete, no es que los tiempos pasados fueron mejores, fueron diferentes y lo importante es que estemos atentos a no desechar conocimientos útiles y a que las materias tengan un objetivo claro. El Diseño Curricular es un tema espinoso, incluso para los expertos, y nuestros planes de estudio son diseñados por personas que no son expertos en ese campo.

francisco.calleja52@gmail.com

Los contadores y las finanzas

26027589_sLa licenciatura en contaduría pública se creó con un mayoritario número de materias contables, el eminente contador Alejandro Prieto recordaba que la primera mitad del siglo XX se enfocó a la contabilidad por encima de cualquier otra materia. Enseñada primero con base en textos estadounidenses y franceses, poco a poco vio la aparición de autores mexicanos que difundieron los tecnicismos contables en todo el país.

Conforme avanzó el siglo se fueron definiendo los principios contables, pero también la necesidad de clarificar las normas de auditoría. Los planes de estudio de las diversas universidades incluyeron materias de Auditoría que consolidaron el ejercicio libre de la profesión. Debe reconocerse que estamos hablando de muy pocas instituciones educativas, entre las públicas la Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto Politécnico Nacional, entre las privadas la Escuela Bancaria y Comercial, la Universidad de las Américas Puebla, el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, el Instituto Tecnológico Autónomo de México, la Universidad La Salle y la Universidad Autónoma de Guadalajara.

El mismo Alejandro Prieto decía que la segunda parte del siglo XX fue época de los grandes despachos de auditoría. Las ocho grandes crecieron, entraron en crisis y se fusionaron, pero sobrevivieron para convertirse en entidades de alcance mundial. El nivel de las grandes firmas de auditoría fue tal que llamaron “small business” a llevar contabilidades y dieron el salto a la consultoría porque eran solicitadas por todos y sobre todos los temas.

El siglo XXI trajo el auge de las finanzas, para los contadores era su área y no concebían que nadie más pudiera competirles allí, con el paso de los años la realidad vino a demostrar que, por ejemplo, las casas de bolsa contrataban ingenieros, economistas y actuarios para tener otros puntos de vista y apoyo matemático. Las finanzas empresariales siguen siendo terreno casi exclusivo de los contadores, aunque administradores de empresas e ingenieros se preparan adecuadamente y ocupan direcciones de finanzas con todo derecho.

El nuevo siglo trajo también el que instituciones educativas, como el ITESM, ofrecieran licenciaturas en administración financiera que compitieron directamente con la contaduría pública. El contraataque fue que las universidades comenzaron a apellidar a la licenciatura en contaduría con expresiones financieras, aunque también propició casos como el de la Universidad Panamericana que la complementó con la expresión “Gestión empresarial y toma de decisiones”.

El contador público ha tenido que aceptar con humildad que sigue siendo el único que puede auditar, pero que en los campos financieros necesita colaborar con otros profesionales y en el campo directivo pueda tener la mirada puesta en la dirección general, para la que cree tener atributos suficientes, compitiendo con los administradores de empresas.

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La educación para los negocios (segunda parte)

20080577_sContinuando con lo que se decía la semana pasada, existen varios puntos de diferencia que debemos tener en cuenta si queremos mejorar la preparación de los futuros hombres de negocios mexicanos.

  1. La evaluación. La evaluación del aprendizaje y de la actividad de los profesores es un tema poco explorado y la enorme cantidad de datos que hay al respecto en cada institución educativa están desperdiciados. Si queremos realizar una educación de calidad para el futuro hombre de empresa, necesitamos evaluar su aprendizaje con seriedad y mantener información comparable, entre grupos de la misma materia, entre materias de la misma licenciatura y finalmente entre materias de diferentes universidades. Al mismo tiempo la actividad de los profesores tiene que ser evaluada con seriedad, a fin de buscar tener a los mejores profesores en cada materia y en cada institución.

Complementando lo anterior sobre este tema, pueden agregarse algunos aspectos que son indirectos en la educación para los negocios, si los consideramos desde el punto de vista de las materias que cursa un estudiante de esta área, pero fundamentales si pensamos en el fondo de su preparación.

  1. La ética. Un profundo respeto por la ética, el hacer propias las conductas que tengan un alto sentido ético, que el espíritu de la ética prevalezca en cada institución educativa que quiera formar hombres de negocios y esté presente muy especialmente en los profesores, que dan ejemplo a sus alumnos, tanto de respeto a las leyes, a los reglamentos y aun a las simples normas administrativas.
  2. El trabajo en equipo. Se habla mucho de este tema, pero se aplica poco y mal. No todo deber ser trabajo en equipo, hay tareas o ejercicios que deben ser resueltos de manera individual, pero cuando se proponen labores en equipo, deben ser supervisadas para analizar el comportamiento de los integrantes y retroalimentarlo. Los equipos deben variar de integrantes en las diferentes materias y aun en los mismos cursos, siempre que esto sea posible, para que realmente el alumno aprenda a trabajar con diversas personas y no sólo con sus amigos o con el equipo de siempre.
  3. Pro actividad. En un país como el nuestro debe buscarse que el alumno actúe, que tienda a participar, a tomar acción y no sea pasivo y espere a que alguien le solucione sus problemas. Esto puede representar desde ejercicios específicos para provocarlo hasta una constante actitud en el aula estimulando, premiando a los alumnos que así se comportan.
  4. Estimulemos en los jóvenes el hacerse cargo de sus responsabilidades. El mundo actual está retrasando, deliberadamente o no, que el “joven” se haga cargo de las situaciones que se presentan.

La lista sería interminable, pero se trata de mencionar pocos aspectos que sean atacables por parte de los propios profesores y que puedan representar un cambio sensible en la educación de nuestros futuros hombres de negocios.

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Los Códices y la contabilidad

Codex_Sierra_partDía de descanso, día de hablar de temas contables relacionados con la cultura.

Los códices se dividen en prehispánicos y coloniales. De los primeros hay muy pocos que se conservan y de los segundos, se ha preservado un mayor número, que tratan sobre una variedad de temas como: religión, calendario, historia, geografía, divulgación de la religión y, los que interesan para nuestro tema, que son registros financieros.

El eminente contador Eduardo M. Creel revisó el Códice Mendocino demostrando que era un estado financiero de los tributos que pagaban al Imperio Azteca sus 371 pueblos vasallos. La segunda parte del códice es lo que se llamaba una matrícula de tributos, un documento contable que relaciona a los diversos pueblos vasallos y los respectivos tributos que tenían asignados por Moctezuma y sus antecesores, una lista de personas o pueblos que deben y de la deuda correspondiente en especie, escrito con jeroglíficos. De las 16 páginas que lo componen cada una está destinada a una región o provincia tributaria.

Bernal Díaz del Castillo señala que vio los libros de la renta de Moctezuma, de dónde le traían los tributos del oro y dónde había minas y cacao y mantas. No se sabe si el documento al que tuvo acceso el cronista era el Códice Mendocino u otro semejante.

En su época, el documento fue solicitado por el rey de España, para revisar las tasas que se cobraban a los indígenas y procurar una reglamentación justa y proporcional a la de la época prehispánica. Esto pretendía remediar las injusticias cometidas por conquistadores y encomenderos. Buenas intenciones reflejadas en las Leyes Nuevas de 1542 y 1543 y en disposiciones posteriores en las que se insistió en la necesidad de basar cualquier tributo en los códices anteriores a los españoles y, en su ausencia, en el consenso de indígenas principales que hubieran colaborado en su elaboración o los conocieran al menos.

La Matrícula de Tributos o Còdice Moctezuma es una versión diferente, pero paralela del Códice Mendocino.

Otro caso es el Códice Sierra, un libro de contabilidad del pueblo indígena de Santa Catalina Texupa, Oaxaca, llevado de 1551 a 1564, siendo sólo un ejemplo que ha sobrevivido de los muchos que debieron existir. A estos libros se les conocía como los Libros de Caja de la Comunidad, ya que contenían los gastos, ventas y existencias de dinero del pueblo. El códice está compuesto por 64 láminas, donde están escritos glifos indígenas y caracteres latinos que registran las operaciones de compra-venta, los diversos productos adquiridos, el valor de cambio de cada uno, el dinero en existencia en la caja de la comunidad y los gastos que se efectuaban.

El Códice Kingsborough es una petición de moderación de tributos que incluye un sistema contable que registra minuciosamente 26 años de tributos que fundamentan las peticiones de los pobladores de Tepetlaóztoc.

Los tlacuilos, hombres que escribían estos documentos eran, también, excelentes contadores.

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La educación para los negocios (primera parte)

22447487_sLa forma de pensar de los involucrados en el mundo de los negocios en nuestro país, le da características especiales a la educación de quienes han seleccionado esta área del conocimiento, en comparación con la que se realiza en el resto del mundo.

Existen varios puntos de diferencia, algunos fácilmente modificables, que debemos tener en cuenta si queremos mejorar la preparación de los futuros hombres de negocios mexicanos.

  1.  La información. En primer lugar, la actitud de gran secreto hacia la información de la empresa. Es una cuestión cultural que debe irse cambiando paulatinamente. En otros países es muy fácil obtener información financiera, por ejemplo, de las empresas y no sólo de las que cotizan en bolsa. En México, aunque hay disposiciones oficiales acerca de la publicación de estados financieros nadie las respeta. Lo peor que puede hacerse es preguntar a un empresario cuánto vende o cuál es su utilidad. También, hay otras informaciones que en el extranjero se debaten abiertamente, situaciones o problemas que se han presentado al interior de la empresa y que constituyen casos de estudio y que aquí los académicos padecen grandes dificultades para convencer a los empresarios de compartir esos valiosos datos y, por lo tanto, es muy difícil que a las aulas llegan cifras reales, situaciones o problemas reales que el estudiante pueda conocer y utilizar para su aprendizaje.
  2. El cómo estudiar. La forma de estudiar en nuestro país, implica un excesivo apego al aula, de manera que las tecnologías que facilitan la enseñanza a distancia son vistas con desconfianza desde dos puntos de vista. Desde el lado del estudiante, procura evadirlas porque no las considera suficientemente sólidas y siempre preferirá al profesor y la enseñanza presencial. Desde el punto de vista del empresario y del público, en general, hay duda de la seriedad con la que fueron utilizadas y un egresado, de cualquier nivel, que proviene de un sistema no escolarizado enfrenta escepticismo respecto a la calidad de su preparación, a tal grado que se prefiere a un egresado de escuela tradicional en la mayoría de las ocasiones. Las raíces del asunto son muy profundas, el alumno mexicano no está acostumbrado a estudiar solo, a estudiar en todo momento y a hacer transparente su proceso de preparación de manera que genere confianza entre el público.
  3. La didáctica. Un aspecto que poco hemos tratado de modificar es la didáctica utilizada en el aula y es curioso, porque es, tal vez, donde nos sería más fácil hacer grandes avances y con mayor rapidez. Nuestra enseñanza en el aula sigue siendo tradicional y no estamos enfrentando que cada vez tenemos más alumnos en el área de negocios con formas de aprendizaje muy diferentes a lo que estábamos acostumbrados. Los administradores académicos siguen ilusionándose con las panaceas: los casos, el constructivismo, el aprendizaje por descubrimiento, el conectivismo, etc. Es momento de enfrentar que las personas pueden ser agrupadas según sus estilos de aprendizaje y que hay profesores que son mejores con ciertas técnicas didácticas. El gran futuro de la educación de negocios está en ser ecléctico, utilizando varias técnicas paralelamente con un objetivo único a alcanzar en cada materia y en cada semestre, pero eso requiere esfuerzo de la administración en cada universidad.

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Los esfuerzos de Chedraui

imagesChedraui al 31 de diciembre de 2013, opera 211 tiendas en México (13 más que el año anterior), con el formato Chedraui hay 161 (7 aperturas en el año), y Súper Chedraui, que comenzaron a abrirse en 2005, suman 50 (6 más que en 2012), más 45 unidades en los Estados Unidos con el nombre El Súper, de las cuales no se abrió ninguna en 2013. Las tiendas grandes, llamadas hipermercados, están pensadas para ciudades con más de 100,000 habitantes y ofrecen hasta 66,000 artículos diferentes (6,000 más de lo que se ofrecía el año anterior) y son la parte fundamental del grupo, sus ingresos representan el 69% del total; mientras que las pequeñas son para ciudades con al menos 25,000 habitantes y sólo cuentan con 29,000 productos diferentes y representan el 8% de los ingresos. Se ubican en 26 estados pero reconocen estar sesgados al centro y sureste del país. Las tiendas en Estados Unidos se ubican sólo en California, Nevada y Arizona y están enfocadas a la población de origen hispano, en especial a la de origen mexicano, ofrecen sólo 5,000 productos, pero significan el 22% de los ingresos. La empresa tiene un segmento inmobiliario que genera el 1% de sus ingresos.

Con ventas de 66,364 millones de pesos en 2013, se ubican en tercer lugar de los autoservicios en nuestro país, habiendo superado a Comercial Mexicana, pero todavía lejos de Soriana. Su desempeño es consistente.

Imagen1Hay un importante esfuerzo de mejora que se nota en algunas cifras, como el margen bruto (utilidad bruta entre ventas) que sigue siendo el más bajo del sector con 20.2%, pero ha mejorado en comparación con 19.6% y se acerca al de sus competidores Wal-Mart y Soriana, al igual que el margen operativo (utilidad de operación entre ventas) que mejoró de  4.6% a 4.68%.Como todas las empresas del sector tuvieron un mal año en 2013, pero valoran de manera importante la constancia y sus cifras se mantienen e incluso muestran leves mejoras. Su actitud en Estados Unidos ha sido conservadora, prefiriendo ser eficientes y mantener su presencia, más que hacerla crecer, su sector inmobiliario avanza con pasos cautelosos, incrementando sólo el 1.9% su espacio arrendable.

Su razón circulante (activo circulante entre pasivo a corto plazo) es de 0.68, la cual ha sufrido altibajos pero se desmejora al compararla con el año anterior, que fue de 0.74, su prueba ácida (activo circulante menos inventarios entre pasivo a corto plazo) es también demasiado baja con 0.21 y su apalancamiento (pasivo total entre activo total) es de 52%, manteniéndose estable ya cuatro años, con una leve e inicial tendencia a la baja. Al parecer el efecto de su manejo de instrumentos financieros derivados va minimizándose, recordemos que es un área de la cual sus competidores han preferido salir por el riesgo que representa.

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Universidad y campo laboral

27233704_sLas instituciones educativas a nivel universitario transitaron, durante los últimos cuarenta años, por caminos llenos de éxitos, pero también han causado desencuentros con el campo laboral. Aunque las universidades beneficiaron en muchas áreas a sus egresados, les generaron perjuicios al momento que ellos quisieron encontrar un trabajo. Examino esos aspectos negativos.

El permitir la inscripción de los estudiantes a carreras saturadas en el mercado de trabajo. Durante años se ha dicho que ciertas licenciaturas debían restringirse en cuanto a su matrícula, porque no habría plazas en el mercado laboral para los egresados. Esta política que se ha adoptado en otros países nunca se ha logrado establecer aquí. Aunque se carece de cifras oficiales, es evidente que al revisar los niveles técnicos, los encontramos ocupadas por egresados de licenciatura que nunca pudieron ocupar una plaza adecuada a sus estudios. Esto provoca, también,  que cada vez más veamos profesionales dedicados a áreas muy diferentes a aquellas que estudiaron. Tenemos aquí dos problemas: Puestos ocupados por personas que rebasan sus requerimientos, con la consiguiente insatisfacción, y personas ocupadas en áreas laborales que desconocen, probablemente desempeñándose inadecuadamente.

El abrir nuevas licenciaturas que no tienen un sustento real en el largo plazo y que se han convertido en carreras de moda para generaciones enteras, aunque éstas luego se han encontrado con que sus conocimientos no tienen aplicación en la realidad o que el número de plazas que su área de especialidad generó es extraordinariamente pequeño en comparación con los egresados existentes. Esto provoca que haya un permanente exceso de egresados en áreas que no se necesitan y una permanente carencia en campos donde son urgentes. Este caso, si bien es diferente del tratado en el punto anterior, genera efectos muy semejantes.

La creación de licenciaturas que han venido a reducir la matrícula de otras, en el medio universitario se dice que las han “canibalizado”, ya que han ofrecido un plan de estudios más fácil, más reducido o más atractivo económicamente para los estudiantes. En ocasiones se ha debido a falta de planeación o a desconocimiento, pero el hecho es que mientras la nueva licenciatura crece, la original entra en crisis y se cuestiona su supervivencia. Además, ese plan de estudios “diferente” no siempre quiere decir que el campo laboral requiera exactamente ese tipo de profesionales, cuando menos en el número que la universidad los está egresando.

La Contaduría Pública ha sido afectada por las situaciones anteriores, ha sido “canibalizada” por otras carreras, ha visto a posibles estudiantes irse a carreras aparentemente más atractivas pero que no tienen demanda en el mercado laboral y no se dispone de estudios serios para demostrar que los contadores tienen trabajo, que la carrera dista de estar saturada y que siguen solicitándose contadores en las empresas.

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Si Pacioli volviera a la vida

lucadavinciSe critica a la educación por haber cambiado poco en los últimos quinientos años, usada en diversos contextos hay una ejemplificación adaptable a la contabilidad y representaría una muestra de lo que ha pasado o, mejor dicho, no ha pasado con la educación. Consiste en pensar que si Luca Pacioli (1445-1517), el principal divulgador de la teoría de la partida doble y quien es considerado el padre de la contabilidad, volviera a la vida tendría problemas para adaptarse a la actividad de hoy en día, en muchos aspectos excepto en uno.

El monje llegaría a nuestro tiempo y para sus traslados no podría usar caballos o carruajes, como en la época en que recorrió Italia enseñando, a veces solo y a veces en compañía de Leonardo da Vinci; habría que explicarle que es un automóvil o un avión y evidentemente le costaría esfuerzo usar tan modernos medios de locomoción.

Si entrara a cualquiera de nuestras casas, dónde lo invitaríamos honrados por su presencia y ansiosos de hablar con él, se sorprendería de la energía eléctrica y de la cantidad de dispositivos que usamos como la televisión, el teléfono fijo o el celular, la computadora, el refrigerador, el horno de micro ondas y otros muchos utensilios que ni siquiera consideramos importantes, pero que para un hombre del siglo XV y XVI serían impactantes. Necesitaría explicaciones y tiempo para poder adaptarse a esta tecnología.

Si pretendiera distraerse o divertirse, vería que nosotros lo hacemos ahora de manera muy diferente a lo que sucedía en su tiempo, comenzando por el cine, los deportes formalmente organizados, el radio, la televisión, los juegos electrónicos y muchos otros elementos creados solamente para alegrar ciertos momentos de la vida del ser humano. Probablemente le parecería extraño y sorprendente que tengamos tanto tiempo libre y que lo dediquemos al ocio.

Pero, en cambio, si lo lleváramos a nuestras universidades, encontraría sillas, mesas, un escritorio para el profesor y un pizarrón con un instrumento de escritura, de manera que podría reiniciar cualquiera de sus explicaciones sin sentirse en absoluto fuera de lugar. Ciertamente la tecnología está ya presente en el aula, pero mucho menos que en nuestro hogar, y su uso a más de no haberse generalizado es diverso y no necesariamente enfocado al objetivo correcto.

Es interesante observar cuantos profesores siguen acudiendo el día de hoy al aula, con sólo un plumón y un borrador, para desarrollar su clase igual que lo hacía Pacioli hace quinientos años. Ahora bien, también debemos cuidar que el profesor actual sea alguien que usa herramientas diferentes para enseñar, pero que sean aquellas herramientas que el diseño instruccional requiere y también es importante que el profesor no sea un experto en herramientas, por muy tecnológicas que éstas sean, sino que siga siendo un experto en cómo lograr un mejor y más rápido aprendizaje de sus alumnos. Lo complicado no es cambiar, sino realizar el cambio correcto.

francisco.calleja52@gmail.com