Algunos datos de Wal-Mart

Para entender mejor a Wal-Mart, el líder de los 32 autoservicios que existen en nuestro país, revisemos algunos datos que su informe anual proporciona, aunque no siempre se refieran a cifras financieras, pero nos permiten obtener conclusiones o, cuando menos, elaborar hipótesis. Empecemos por revisar la ubicación de las 11,695 unidades que la casa matriz estadounidense Wal-Mart Stores, Inc. reporta en el mundo al 31 de enero de 2017.

Salvo la inversión en naciones de habla inglesa, Reino Unido y Canadá, y la evidente intención de penetrar los gigantescos mercados chino y brasileño, la presencia en México resalta, ya que parece considerarlo como un lugar de privilegio, abriendo unidades en una proporción igual o mayor por habitante que en el propio Estados Unidos.

Wal-Mart México controla las unidades de nuestro país y las 731 que hay en Centroamérica, por ello su reporte anual nos da información de que en México tienen 192,434 empleados, mientras que en Centroamérica sólo 36,420 o que de sus 24 Centros de distribución, 13 se ubican en nuestro país y 11 en Centroamérica. Lo que refleja mayor cantidad de contrataciones en nuestro país considerando las tiendas abiertas, pero la necesidad de un mayor esfuerzo logístico en Centroamérica.

En México, Wal-Mart, de sus cuatro segmentos o marcas que la componen, se apoya realmente en tres de ellos por la importancia de sus ventas, veamos:

A través de los años la empresa ha girado hacia sectores menos favorecidos económicamente que realizan numerosas compras pequeñas.

Desde otro punto de vista, pero relativo también a México, ésta la composición por unidades de su total.

Como puede apreciarse la importancia de Bodega Aurrerá en realidad está integrada por tres formatos diferentes uno de los cuales, Bodega Express, está totalmente encaminado a competir en el mediano plazo con ese gigante que es Oxxo, sólo que ha tomado el camino inverso, en el mismo sentido del punto anterior, ya que la empresa que forma parte de Femsa trabajó los estratos socioeconómicos de arriba hacia abajo y Bodega Express lo hace de abajo hacia arriba, incluso por la localización de sus unidades. Esta batalla entre dos “pequeños” gigantes confirma la preocupación de Wal-Mart por el crecimiento en unidades y ventas de Oxxo y su decidida intención de enfrentarla, aunque sus informes anuales no sean pródigos en datos al respecto. En México Wal-Mart tiene presencia en 608 ciudades, en este aspecto pocas empresas pueden comparársele y es otro aspecto de este enfrentamiento, en un próximo artículo se analizará a Oxxo para comparar.

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45 años, ahora

Hoy 45 años después de empezar a dar clase, celebro lo que sucedió entonces (ver mi artículo anterior) y conservo el gusto por estar en el salón de clases. Sigo pensando como aquel actor a quien le ofrecieron una taza de café y respondió: prefiero representar. Yo también, aunque me gusta mucho el café, prefiero dar clase.

Agradezco algunas cosas que se han conservado o que han mejorado desde entonces como:

El avance de la tecnología. Comencé como profesor pizarronero (expresión que le hacía mucha gracia a Arturo Soltero, mi primer director en el Tec) y siempre quería más plasticidad, algo que permitiera modificaciones frente al alumno, el advenimiento de los acetatos y del power point lo permitió.

Las circunstancias, muchas de ellas debidas al apoyo y hasta a la iniciativa de mi esposa, que me permitieron pasar de la Escuela Bancaria y Comercial a la Universidad Anáhuac del Sur, ir luego al Tec Campus Ciudad de México y estar ahora en la UDLAP. Además de haber dado clase en otras trece universidades y, tal vez por ello, recomendaría a cualquiera que se dedique, en todo o en parte a la docencia, que procure dar clase en varias instituciones para enriquecer su experiencia.

Comprobar que los profesores novatos quieren aprender, sabiendo que desconocen los fundamentos de este trabajo, y desean que alguien los oriente y agradecen cualquier apoyo, aunque sea moral. No es producto del azar que haya podido impartir 34 veces Micro enseñanza en estos años, aunque algunos digan que está pasada de moda.

Seguir siendo optimista respecto a los alumnos, en diversas ocasiones he expresado que no veo mejor a los alumnos de antes y creo que el alumno actual, con sus características, es tan bueno como el de otras épocas y quizá más.

Y, por supuesto, la lectura que no ha dejado de acompañarme todos estos años y que sigue siendo un diario placer en esta profesión.

También conservo el espíritu batallador que me lleva a pensar y a intentar cambiar que las instituciones educativas han cometido tres veces el mismo error de suponer que un egresado de licenciatura, maestría o doctorado está capacitado para dar clase sin ninguna base que lo sustente, además de procurar que se retome la capacitación seria y formal de los profesores jóvenes, no importa el grado académico, y la informal de colocarlos junto a un profesor experimentado como adjuntos o asistentes, como yo tuve la fortuna de estarlo junto a don Alejandro Prieto.

Buscar que el diseño de planes de estudio se haga con mayor seriedad y que tratemos de dar a los alumnos lo que necesitan para trabajar en un mundo globalizado, pero en nuestro país y con los problemas que enfrentaremos en el futuro.

Incrementar las habilidades de pensamiento y el espíritu crítico de los alumnos, pero de verdad no el que se comprueba con una rúbrica de cumplimiento que, como decía Miguel Fernández, cumple y miente al mismo tiempo.

Me gustaría llegar a 50 años en esta profesión ¿Dará tiempo para todo lo que queda por hacer?

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45 años, entonces

Hace 45 años, un alumno de último año de Contador Público, con excesiva confianza en sí mismo, tomó clase de siete de la mañana, de ocho a nueve desayunó con su novia (que luego sería su esposa) y a las nueve recogió la lista de asistencia de su grupo, ya que era su primer día como adjunto para impartir Contabilidad Intermedia II, materia de segundo semestre de un nuevo plan de estudios.

Seis meses antes había preguntado a Vicente Calderón, secretario de incorporación de la Escuela Bancaria y Comercial, que necesitaba para dar clase en su alma máter. Él tomó nota de la petición y durante todo el resto del año no sucedió nada, pero a principios de 1973, recibió una llamada y una propuesta: don Alejandro Prieto, director de la escuela y uno de los hombres más importantes en la historia de la contabilidad de este país, se había quedado sin adjunto y necesitaba quien comenzara con él su curso el 12 de febrero.

El adjunto recibió la lista de asistencia y la siguiente explicación: don Alejandro llegará en unos minutos, debes ir solo al salón y pasar lista al grupo. No era lo que había esperado, así que subió al salón un poco más nervioso de lo que ya estaba, pero al dar la vuelta por el pasillo, recibió la primera buena noticia del día, ya que un antiguo compañero de la secundaria (no muy buen estudiante obviamente) era ahora su alumno y lo saludó efusivamente; al darse cuenta de cuál era su función, volteó hacia sus compañeros y engolando la voz dijo: muchachos, por favor, pasen al salón que llegó el adjunto del maestro Prieto.

La entrevista con don Alejandro había sido sobre el control del grupo, el adjunto anterior no había podido con el trabajo y en especial con un alumno difícil pero muy inteligente. La materia se impartía una hora diaria de lunes a viernes, pero el maestro Prieto sólo acudía martes y jueves a dar las explicaciones teóricas y era obligación del adjunto asistir a todas las sesiones y hacerse cargo de dirigir los ejercicios prácticos, que obligadamente eran lunes, miércoles y viernes. Se daba por hecho que el adjunto tenía los conocimientos suficientes.

Al final del pase de lista entró don Alejandro y pidió al adjunto que tomara asiento en la parte posterior del salón. La segunda buena noticia del día se presentó cuando Eduardo entró al salón, era un ayudante de auditoría que había trabajado con el nuevo adjunto y que al llegar a ocupar un asiento casi a su lado lo saludó respetuosa pero amigablemente. Él había sido el alumno problemático del semestre anterior, pero ahora fue uno de los que más contribuyó al buen desarrollo del curso.

Difícil imaginar un mejor inicio para una vida dedicada a la docencia y aunque entonces no había las facilidades, las inducciones y los protocolos actuales con que se recibe a un nuevo profesor, un año después pudo hacerse cargo de un grupo e impulsado por el propio maestro Prieto dejó de ser su adjunto para ser el titular de sus propios grupos. Eso fue lo que pasó entonces.

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Jorge Luis Borges

Día de descanso, día de hablar de literatura.

No cabe duda de que Jorge Luis Borges es uno de los talentos más importantes de la literatura argentina, hispanoamericana y mundial. No es uno de sus aspectos menores su originalidad y el personal enfoque de sus textos. Valioso en prosa y verso, Borges es uno de esos escritores que uno no se cansa de leer y que siempre ofrece nuevas perspectivas, es un clásico y probablemente el primer escritor sudamericano realmente famoso a nivel mundial.

Curiosamente siguen apareciendo, como en el caso de Alfonso Reyes, textos de él, recuperados de revistas o de conferencias o sobre él que también son interesantes.

Jorge Francisco Isidoro Luis Borges Acevedo nace el 24 de agosto de 1.899. Muere, en Suiza, el sábado 14 de junio de 1.986, a los 86 años de edad, cuando ya decía que Dios lo había olvidado. En 1.914 él y su familia se trasladan a Europa, se instalan en Suiza. En 1.921 regresa a Buenos Aires. En 1.922 funda la revista “Proa” y en 1.923 publica su primer libro de poemas: “Fervor de Buenos Aires”. En 1.930 conoce a Adolfo Bioy Casares con quien mantendrá una amistad por el resto de su vida. En 1.931 comienza a colaborar en “Sur”, la legendaria revista de Victoria Ocampo. Tras quedar ciego a la mitad de su vida depende de su madre y de amigos para que le ayuden a leer y escribir. En 1.956 se le otorga el Premio Nacional de Literatura de su país. En 1.961 comparte con Samuel Beckett el Premio Formentor del Congreso Internacional de Editores. En 1.967 tiene un matrimonio frustrado con Elsa Astete Millán, divorciándose tres años más tarde, y vive con su madre hasta la muerte de ésta a los 99 años, en 1.975. Al final de su vida se casa con María Kodama.

Hay muchas vertientes en su obra, la poesía sería una de las más importantes y otra el relato corto plagado de fantasías, mezcla de cuento y ensayo. No eludió hablar de los libros que enaltecían al gaucho, desde “La poesía gauchesca” incluida en “Discusión” hasta la culminación en su ensayo sobre “El Martín Fierro”. Conocedor de varias lenguas, son una parte importante de su obra sus comentarios y análisis de autores estadounidenses, ingleses, alemanes, españoles y otros.

Publica en Sevilla su primer poema en 1.919 en la revista literaria Grecia y a lo largo de su vida participa en las revistas “Hogar”, “Proa”, “Martín Fierro”, “Sur” y “Crítica”.

La sola enumeración de su obra requeriría un artículo completo y otro para los libros escritos sobre él, para interpretar, explicar, estudiar o contradecir su obra. Vino varias veces a México, la primera en diciembre de 1973 a recibir el Premio Alfonso Reyes y a rendir homenaje a la memoria de quien él llamó “el mejor prosista de la lengua española”. La academia sueca le negó el Nobel, presumiblemente por sus posiciones políticas de derecha, inexplicables, pero que no deben alterar lo que pensamos de él como escritor.

Cualquier pretexto sería bueno hoy para empezar a leerlo o para retornar a él.

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