Trump y el boomerang

La semana pasada una alta funcionaria de Moody´s señaló que durante el gobierno de Obama el déficit fiscal de los Estados Unidos se redujo a un tercio o menos de su tamaño, pero que si Trump realiza mayor gasto esto podría revertirse, lo que es un gran riesgo ya que la deuda de los estadounidenses es el 77% de su Producto Interno Bruto, dicen que el más alto de los países con calificación AAA, la más alta de Moody´s.

Los expertos señalan diferentes aspectos de este inicio de la nueva administración estadounidense y cada uno es más desalentador que el otro.

La actitud de cerrar el paso en la frontera con México y penalizar a las empresas que inviertan en nuestro país para luego vender en los Estados Unidos es, casi, una invitación abierta al gobierno chino para invertir al sur del río Bravo.

La posición de Trump recuerda vagamente la de Reagan pero, mientras que en los ochentas el mensaje era de esperanza, ahora el mensaje está lleno de ira y lo único que parece que vaya a lograr es un número creciente de enemigos.

La relación entre Estados Unidos y Europa ha pasado por diversas etapas, desde que De Gaulle pretendiera poner de rodillas al gigante americano hasta otras más dulces, pero en estas primeras etapas ya hay presidentes, como Hollande de Francia, que sugieren responderle a Trump con toda dignidad y explicándole que la Unión Europea decidirá sus actos según sus propios puntos de vista. Incluso en el caso de que los diversos candidatos nacionalistas ganaran en las elecciones que se celebrarán en los próximos meses en Europa, ni siquiera eso favorece a la nueva administración estadounidense que se enfrentaría a gobiernos semejantes al suyo.

Los ataques contra gigantes como China o Japón no parece que ofrecerán buenos dividendos en el mediano plazo.

Finalmente, negar la contribución que México ha hecho a Estados Unidos en muy diversos aspectos suena extraña, por decir lo menos, además de que se suma a la paradoja de ser un país de inmigrantes que a momentos pretende negar la inmigración.

Parece que Trump ha lanzado un boomerang, ignorando que ese tipo de armas tienden a regresar y, si no se tiene cuidado, pueden golpear a quien las envió.

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Trump, la globalización y el costo

Las primeras acciones del nuevo presidente estadounidense parecen ir en contra de algunas ideas que han prevalecido en los últimos tiempos y que han servido como guía a muchos políticos y empresarios en países industrializados. Es bastante conocida la cita siguiente:

The Golden age of the western corporation was the product of two benign developments: the globalisation of markets and, as a result, the reduction of costs.
(McKinsey Global Institute Report quoted by Schumpeter in “Death and transfiguration”, The Economist, september 19th 2015).

Las primeras acciones de la nueva administración van en el sentido de establecer una serie de barreras, algunas físicas y otras impositivas, para lograr que los negocios estadounidenses mejoren y que el nivel de vida de sus trabajadores repunte. Lamentablemente los muros normalmente tienden a dar el resultado contrario a aquel por el que se construyeron y si no que se lo pregunten a los chinos y su muralla y a los berlineses del este con su muro. En el primer caso el objetivo era que los extranjeros no entraran a China y finalmente entraron para encontrar un país atrasado que había sido rebasado por sus vecinos. En el caso alemán, el muro pretendía evitar que las personas abandonaran Alemania del Este y a pesar de él muchos la abandonaron, provocando que el contraste entre ambos lados fuera todavía más notorio.

A estas alturas tratar de poner freno a la globalización parece como querer ponerle puertas al campo.

Del otro lado, el presidente estadounidense les pide a las empresas de su país que abandonen la idea de invertir en países como México, dónde la mano de obra y otras condiciones permiten reducir costos, para invertir en Estados Unidos con costos altos y condiciones no siempre favorables. Lo anterior va en contra de la más elemental lógica de un empresario y de su director de finanzas. Para mitigar el absurdo de la petición ya ofreció reducir impuestos, el problema es si, con los escasos conocimientos de economía del presidente, el efecto vaya a ser el esperado, por varias razones. El alza de costos puede no ser compensada por la reducción de impuestos y esto provocaría reacciones negativas en las empresas o el alza de costos puede ser sobre compensada por las reducciones de impuestos y esto provocaría el abuso de las empresas.

Un movimiento en la microeconomía y otro en la macroeconomía enlazados más vale hacerlos con mucho cuidado.

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Las herramientas del profesor (tercera parte)

Pero hay muchas herramientas más de las ya mencionadas para el profesor a nivel universitario.

La primera sería la práctica misma, alguien dijo que “la práctica, por sí misma, no hace la perfección, ésta se logra con la creación de un patrón”. Esta cuestión es fundamental, ya que requiere la cooperación de los directivos, porque muchas veces el profesor es puesto a cargo de materias muy diferentes, con didácticas diversas y aunque acumule semestres y años de práctica, en realidad no ha aprendido nada. El profesor debe tener un cierto número de semestres en una misma materia y desarrollar sus propios patrones de trabajo, rutinas si se quiere, pero que van encaminadas a observar como aprende el alumno y cuál es la mejor manera de enseñarle. En nuestro medio universitario es común tener profesores de asignatura o de tiempo completo que han estado a cargo de demasiadas materias y que en realidad no saben impartir ninguna.

El siguiente paso es la preparación en sí misma, hay muchos estímulos a estudiar maestrías y doctorados en el área de especialidad del profesor y muy poca atención a cursar estudios en didáctica o en educación. Los estudios de especialidad pueden, incluso, dañar la perspectiva del profesor y lo hacen inútil para los semestres básicos de una licenciatura. Olvidémonos ya de la idea de que por el solo hecho de ser doctor alguien está automáticamente capacitado para dar clase. Ninguna licenciatura, maestría o doctorado preparan a sus miembros para enseñar, hacen falta estudios especialmente orientados a ello y son un complemento esencial para quien está dedicado de tiempo parcial y, sobre todo, de tiempo completo a la docencia. De otra manera encontramos profesores que tienen años de experiencia y que siguen ignorando como se redacta un objetivo de aprendizaje y, lo que es peor, lo que dicha redacción significa.

Un paso adelante está la producción, es decir, la escritura de ejercicios, cuestionarios, exámenes, libros de texto y cualquier tipo de documento que ayude al profesor a enseñar y al alumno a aprender la materia que se está impartiendo. Lamentablemente es muy común que se pida al profesor que redacte casos y que éste caiga en la tentación de cumplimentar a su directivo intentándolo, cuando es uno de los materiales más difíciles de escribir y en nuestro país tiene poquísimas posibilidades de ser desarrollado. En cambio, estamos necesitados de ejercicios, problemas, cuestionarios y textos de cantidad de materias, esperando enfoques originales que se apliquen a nuestra realidad, para desprendernos de textos extranjeros, normalmente mal traducidos.

Ésta es sólo una mirada rápida al respecto, volveremos sobre el tema en otro momento.

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Las herramientas del profesor (segunda parte)

El pizarrón ha sido y será una herramienta del profesor, aunque es un hecho que la evolución de aquellos viejos pizarrones verdes en los que se escribía con gis a los actuales pizarrones blancos en los que se escribe con plumones de diversos colores ha sido importante. Aunque los profesores de primaria solían ser buenos en el uso de gises de colores en las escuelas profesionales el gis blanco era el único utilizado y era aburrido y sucio para el profesor (todavía recuerdo a un excelente profesor de contabilidad que le pasaba el borrador a un alumno y literalmente corría a la parte trasera del salón mientras borraban el pizarrón, para que su impecable traje no fuera empolvado). Pero lo mejor es que actualmente la sola variedad de colores puede servir para atraer la atención de los estudiantes hacia algún concepto.

El profesor dependía de tener un buen y ordenado archivo de explicaciones que, casi siempre estaban en su memoria, y que eran repetidas con demasiadas variantes o, por el contrario, siempre iguales y sin ninguna mejora. Los archivos actuales en computadora permiten la corrección constante de las explicaciones y la actualización de los ejemplos, repetirlas iguales si se desea, pero pueden irse mejorando desde el mismo salón de clase en cuanto ha terminado una sesión. También permite la conexión del salón con el mundo exterior sin ningún problema o incorporar imágenes del mundo real a la explicación del profesor.

La elaboración de exámenes también se ha beneficiado, el solo hecho de abandonar la mecanografía ha sido un triunfo, ya que la corrección es inmediata y simple en la computadora, no hace falta imprimir el texto, las hojas de cálculo permitieron intercambiar o intercalar preguntas con facilidad, superando con creces lo que algunos profesores creativos hacían con rústicos métodos de recortar preguntas e integrarlas o intercambiarlas en hojas de carpeta con cubiertas plásticas.

Aunque la verdadera revolución vino con las plataformas como blackboard que automáticamente podían mezclar preguntas al azar y cambiar el sitio en que aparece la respuesta correcta, dando al profesor un número casi ilimitado de posibilidades en cada examen. Estas plataformas también acercan al profesor con el alumno, permitiéndole la comunicación entre clases y logrando que el estudiante se entere en tiempo real de la puntuación que lleva acumulada en el curso. Algunas aplicaciones de los teléfonos móviles ya permiten al profesor controlar su computadora y, por ejemplo, cambiar la pantalla que los alumnos están viendo proyectada por el cañón. La tecnología nos permite algunos excesos, como aquella profesora de Caltech que daba clase simultáneamente a cuatro gigantescos grupos interconectados por doble vía, de manera que todos la veían y escuchaban y podían hacerle preguntas

Por supuesto los tradicionalistas se asustan y le achacan a los medios electrónicos problemas y dificultades que en realidad provienen de las personas, todo lo demás son herramientas que pueden usarse o no, pero que no son culpables de las presiones de un director o de la mala elaboración de un temario.

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Las herramientas del profesor (primera parte)

En los años setentas del siglo pasado un contador público decidió dedicar parte de su tiempo a la enseñanza en su alma mater y durante los siguientes siete años impartió una serie de seis materias, todas en el ámbito contable, pero cambió de ser un trabajo parcial hasta convertirlo en su ocupación principal. El concepto de profesor de tiempo completo casi no existía en las universidades privadas y él fue uno de los primeros en su institución, aunque tuvo que desempeñar trabajos administrativos también. Durante ese tiempo fue lo que él mismo llama un profesor pizarronero, es decir, sus únicas herramientas eran el pizarrón y el gis, aunque conservaba en hojas sueltas una serie de explicaciones que había visto dar a sus maestros y algunas que él mismo iba desarrollando. Sus exámenes eran mecanografiados y reproducidos en mimeógrafo.

En los ochentas ingresó, ahora sí como profesor de tiempo completo, sin ninguna carga administrativa, a una universidad, por cierto manejada por una orden religiosa, y allí vio la llegada de las computadoras personales. Sus ejercicios y exámenes ya no hubo necesidad de dictarlos a una secretaria y conservar los originales con extremo cuidado, ahora estaban en un archivo electrónico en su computadora y eran mucho más fáciles de corregir. Vio a algún compañero imprimir en acetatos ciertas explicaciones, con el inconveniente de pedir en cada clase que un retroproyector fuera llevado al salón de clase. Seguía utilizando como únicas herramientas el pizarrón y el gis.

En los noventa llegó a otra institución educativa con más de treinta campus y allí se decidió finalmente por el uso de acetatos, ya que cada aula tenía su propio retroproyector. Llegaba siempre a clase con una carpeta donde guardaba debidamente ordenados los acetatos por temas de sus diversos cursos. A los pocos años de su estancia, tras diversos ensayos fallidos, los salones fueron dotados de la red adecuada para llevar su computadora personal y proyectar gracias a un cañón las pantallas de powerpoint que originalmente había impreso en acetatos y que ahora podían verse directamente. Aunque el pizarrón seguía ahí era blanco y se utilizaban plumones, su uso era cada vez menos frecuente, la verdadera herramienta era su pequeña computadora personal, fácilmente transportable a cualquier salón, con todos los archivos de sus cursos, que además le permitía hacer correcciones o actualizaciones inmediatamente.

En la segunda década de este siglo, en otra universidad con un solo campus, cada salón ahora tenía computadora y cañón y sólo era necesario llevar una pequeña unidad de memoria (usb) para poder proyectar sus pantallas y dar la clase. Adicionalmente, durante los últimos veinte años fue capacitándose en el uso de la plataforma blackboard que le ofrece diversas ventajas de comunicación, de conservar y compartir sus registros de calificaciones, de elaborar y compartir exámenes y otras que apenas está explorando.

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Análisis de Estados Financieros

estados-financierosEn el mercado editorial hay pocos libros sobre análisis de estados financieros, sobre todo de autores mexicanos, desde hace cuarenta años han existido pocos textos y, en muchas ocasiones es necesario recurrir a autores extranjeros, estadounidenses en su mayoría. Análisis de Estados Financieros pretende ser una mirada completa sobre el tema, con un enfoque práctico orientado a las empresas mexicanas que cotizan en bolsa y revisando, también, algunas extranjeras. Por sus características didácticas, facilita la labor académica del profesor de la materia y la labor de aprendizaje del alumno.

Como en otras de mis obras, se enmarcan los conceptos básicos, a fin de que el alumno se sienta cómodo con el libro y mantenga una actitud participativa en clase, sin necesidad de copiar nada. Por esta misma razón, adquieren especial relevancia los ejercicios y otros apoyos didácticos.

A diferencia de otros temas financieros, el análisis convierte a todos los profesionales en usuarios, pero en usuarios informados, entendidos de lo que quieren decir las cifras. Debe aclararse que este libro no pretende preparar al participante en el puesto de analista en una casa de bolsa o en una banco, sino darle un panorama general de la materia y de cómo usar de manera gerencial la información financiera y, también, para motivarlo a hacer sus propios análisis si es que piensa convertirse en un inversionista en el futuro y ayudarle a entender a los analistas expertos. Se trabaja en la parte operativa, pero también en el aspecto básico de interpretar para tomar decisiones. Es, pues, un libro que requiere de constante reflexión.

Todos los temas que contiene este libro son de importancia capital desde el punto de vista de un usuario y, me atrevería a decir, forman parte de la cultura financiera elemental que cualquier egresado de estudios profesionales debe tener si se quiere desenvolver con éxito en el mundo de los negocios y tomar decisiones acertadas. ¿Qué estados financieros debo analizar? ¿Cuántos métodos de análisis existen? ¿Solvencia y liquidez son lo mismo? ¿Qué tan eficiente es la actividad de la empresa? ¿La operación de la empresa es rentable? ¿Qué significa apalancarse? ¿Cómo puedo interpretar la información que me proporciona el mercado de valores? Estas son preguntas que podrán contestarse con facilidad después de leerlo.

Con esta obra no se pretende sustituir al profesor. Debe quedar claro que sólo se ha tratado de evitar que el alumno dedique su tiempo de clase a copiar la información de los acetatos o las pantallas de computadora, ya que es indispensable una presencia activa en el aula, pues las explicaciones del profesor, las preguntas de los alumnos y las aportaciones de los compañeros siempre enriquecerán el aprendizaje.

Tengo la esperanza de que esta nueva obra sea tan bien recibida por profesores y estudiantes como lo han sido las anteriores.

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Contabilidad de costos

Como se dijo en el artículo anterior, el asunto importante y difícil de solucionar sigue estando Contabilidad de Costos, ya que la polémica es hasta dónde debe aprender cuestiones técnicas el usuario o en cómo limitar los temas de manera que podamos orientar al alumno a la toma de decisiones sin pasar demasiado tiempo en la famosa “gimnasia contable” que decía Alejandro Prieto. La materia en sí es complicada, ya que comienza pareciéndose a Contabilidad Financiera y termina siendo la puerta de entrada de Contabilidad Gerencial, de hecho hay quien sostiene que Contabilidad de Costos y Contabilidad Gerencial son un solo curso dividido en dos semestres. Hasta este momento no hay ninguna propuesta definitiva y satisfactoria.

La solución tradicional de hacer de Costos una materia totalmente técnica, con ejercicios contables que desemboquen en la toma de decisiones está resultando difícil para los alumnos actuales y para las autoridades universitarias que se asustan de los niveles de reprobación. Pero sucede que las generaciones anteriores sobrevivieron y pudieron utilizar esta herramienta para costear y para calcular precios de venta de sus productos o servicios.
Hay universidades que han tirado por la borda ciertos temas reservándose los que a su juicio son más importantes, pero producir una Contabilidad de Costos light no parece ser la solución, ya que las empresas siguen requiriendo los mismos conocimientos o más en esta área. Hace poco un exalumno que no es contador decidió hacer una solicitud de ingreso en una de las cuatro grandes firmas de contadores y su examen de admisión incluía temas tan “prosaicos” como la fórmula para determinar desviaciones en precio y cantidad en costo estándar. Algunos profesores que no han tenido la suficiente experiencia práctica sugieren reducir temas o darles menos profundidad, el problema está cuando sus alumnos salgan al mundo real ¿cómo y con qué herramientas van a enfrentarlo?

Otras universidades han fusionado Costos y Gerencial dejando lo más comprensible y fácil de ambas materias, pero la solución no deja todavía satisfecho a nadie, por supuesto menos que a nadie a los empleadores que encontrarán egresados con conocimientos superficiales de todo, como consecuencia de haber comprimido dos materias en una y no terminar de explicar ninguna de las dos.

En cambio, la solución de dar un curso general de Costos para todos los alumnos de las áreas de negocios y un segundo curso para los contadores ofrece el riesgo de que dicho segundo curso puede convertirse en una repetición del primero y encontrar profesores realmente capacitados para darlo se convierte en algo difícil, sobre todo si además deben llenar los requisitos que actualmente establecen las acreditadoras.

Aquí está uno de los problemas didácticos interesantes del área contable ¿Cuál es su propuesta?

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Financiera, Costos y Gerencial

La enseñanza y el aprendizaje de las tres materias básicas contables: Financiera, Costos y Gerencial (Administrativa) ofrecen tres posibilidades distintas que es oportuno analizar.

Contabilidad Financiera tiene una estructura que puede ser variada, pero que al final redunda en que el estudiante debe conocer los estados financieros básicos, cuando menos dos de ellos: el balance y el estado de resultados, y el proceso contable que se sigue desde el principio hasta el fin de un ejercicio contable anual. Algunas instituciones han intentado suprimir o reducir drásticamente la enseñanza del registro contable, pero eso daña sensiblemente la comprensión del proceso completo. Igualmente se ha tratado de enfatizar lo que sucede en empresas de servicio contra lo que sucede en empresas comerciales, pero éstas últimas son las verdaderamente interesantes.

Contabilidad Gerencial (Administrativa), al final de la cadena, es la más cercana a los usuarios y enfatiza los presupuesto y el modelo costo-volumen-utilidad, herramientas casi indispensables en el actual mundo de los negocios para cualquier participante. Los temas mismos que la conforman permiten una serie de variantes que no alteran lo esencial del aprendizaje.

El asunto importante sigue estando en Contabilidad de Costos, dónde la polémica es hasta dónde debe aprender el usuario o en cómo limitar los temas de manera que podamos orientar al alumno a la toma de decisiones sin pasar demasiado tiempo en la famosa “gimnasia contable” que decía Alejandro Prieto. Hasta este momento no hay ninguna propuesta satisfactoria, hay quienes han tirado por la borda ciertos temas y otros han fusionado Costos y Gerencial, pero la solución no deja satisfecho a nadie.

Aquí está uno de los problemas didácticos interesantes del área contable.

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Las finanzas del nuevo año

El alza en los precios de la gasolina y otros aumentos que vendrán encadenados a ésta preocupan e indignan a muchos mexicanos. Más allá de que la sensación sea que el gobierno actual no ha cumplido sus promesas y estemos más o menos en la misma situación de siempre y que prevalezca la imagen de que los recursos no han sido bien invertidos o que han sido robados por funcionarios que extrañamente no pueden ser localizados, es una hecho de que las finanzas personales de cada uno se parecen mucho a las finanzas empresariales.

El año que apenas inicia será mejor si tenemos solvencia, es decir, si nuestros activos realizables a corto plazo superan a las deudas que debemos pagar en los próximos meses y si tenemos liquidez, es decir, si podemos convertir con facilidad nuestros activos en dinero.

Ayudará de manera fundamental que tengamos rentabilidad, que en el caso personal significa que nuestras ganancias sean un porcentaje importante en relación con el esfuerzo aplicado a obtenerlas y que tangamos a la mano una diversidad, mientras más grande mejor, de opciones para obtener utilidades.

Nuestra actividad debe ser favorable, es decir, que nuestros activos tarden menos tiempo en recuperarse, en convertirse en efectivo que el tiempo de que disponemos para pagar nuestras deudas y que si logramos reducir éstas al mínimo nuestra situación será óptima.
Cada quien podría aplicar las razones financieras que guste o que le parezcan más oportunas a su situación personal y hacer un análisis frío de su situación y establecer los pasos necesarios para mejorarla, si 2017 será un año difícil este es el mejor momento para ocuparnos en tomar las medidas necesarias para enfrentarlo, no olvidemos que los sectores de nuestra economía serán afectados en muy diversos grados por la crisis, incluso que algunos pueden ser beneficiados.

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