¿Qué enseñamos en contabilidad?

future-classroom-1-500x375Los cambios que la tecnología ha generado en la vida diaria afectan sin lugar a dudas el aula pero influyen, también, en los contenidos o, mejor dicho, en lo que esperamos que el alumno aprenda al final de un proceso de intervención educativa.

Los matemáticos siguen llenando los pizarrones con fórmulas en cada una de sus sesiones de clase, pero cabe preguntarse si sus alumnos aprenden.

En el caso concreto de la contabilidad tenemos que adaptarnos a las circunstancias actuales, parece correcto que los alumnos aprendan, por ejemplo, a hacer balances y entreguen como ejercicios de clase o tareas balances hechos en papel o en hojas de Excel, pero no debemos perder de vista que casi ningún profesional actual, incluidos los contadores mismos, tendrán físicamente que hacer un balance en su ejercicio profesional, ya que los paquetes contables los hacen automáticamente.

En cambio, debemos enfatizar el profundo entendimiento de la clasificación del balance, que cuentas corresponden al activo y cuáles al pasivo, que cuentas deben ir en activo circulante y cuáles en activo no circulante. Esto se debe a que el programador del paquete recurrirá al contador para conocer esto y que el usuario bien informado debe solicitar al contador que modifique el catálogo que su paquete contable trae de fábrica si no lo considera adecuado para su empresa.

No importa, por ejemplo, enseñar la hoja de trabajo, que casi nadie hace en las empresas actuales, sino explicar a fondo que es un ajuste, por qué debe realizarse y registrarlo como un asiento más al final del periodo contable.

Los profesores de cualquier materia, y los de contabilidad no somos una excepción, hemos desarrollado una serie de ideas pretendidamente didácticas que debemos desechar en función de lo que la realidad está demandando y de esa pregunta constante de los alumnos ¿y esto para qué sirve? Creo que es hora de darnos cuenta de que los alumnos, las personas en general, no quieren aprender algo inútil. Ha sido muy fácil la escapatoria de los matemáticos, de que su ciencia es formativa, pero no lo es en igual grado para todos los profesionales. No pongo en duda que un ingeniero necesite una formación matemática de un grado alto, pero no se ha sabido vender a los profesionales de las áreas administrativas que necesitan realmente de matemáticas.

La contabilidad no debe cometer el mismo error, tenemos un enorme público entre las diversas carreras del área administrativa que deben ser convencidas de la bondad de la contabilidad con hechos concretos, con ejemplos específicos y con ejercicios que demuestren su utilidad. Estos alumnos, por ejemplo, deben aprender costos, pero no por los costos en sí, sino por su utilidad para determinar precio de ventas y porque en épocas de crisis, como la actual, todos los directivos quieren reducir costos, más vale que entiendan bien lo que es el costo, porque de no ser así querrán reducirlo a costa de elementos que no deberían tocarse.

francisco.calleja52@gmail.com

El tamaño de las empresas

descargaLos estudiosos de las finanzas analizan las empresas con razones financieras, es decir, con números obtenidos al relacionar diferentes renglones de sus estados financieros, preferentemente de su balance y su estado de resultados. Pero, también es cierto que muchos analistas valoran igualmente el tamaño de las empresas para poner en contexto el resultado de sus análisis. Los lectores aficionados a las finanzas rara vez lo consideran y es interesante revisarlo.

Aunque puede haber otros puntos de vista, según Nacional Financiera y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público podríamos tener una situación como la que aparece a continuación:

Micro.- De las cuales existen en México más de 3,800,000 y representan el 95.6% del total. Se consideran las que tienen hasta 10 empleados y venden hasta 4 millones de pesos.

Pequeña.- Hay 138,500 y representan el 3.4%. Se consideran las que tienen de 11 a 50 empleados y venden entre 4 y 100 millones de pesos.

Mediana.- 31,600 y equivalen al 0.8%. Son las que tienen de 51 a 100 empleados y venden entre 100 y 250 millones de pesos.

Grandes.- Sólo son 7,900 y representan el 0.2% del total. Tienen más de 100 empleados y venden más de 250 millones de pesos.

La cuestión de los análisis financieros es que sólo sirven para las empresas que los elaboran y los estudios comparativos sólo pueden hacerse sobre la mínima fracción que representan las empresas grandes que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores. Cualquier hipótesis y suposiciones que hagamos está basada en una fracción insignificante de empresas que no representan nada en el universo de las que existen en nuestro país.

Podemos concluir que cualquier decisión de inversión debe ser bien pensada a través del análisis financiero y debe incluir, también, una revisión del tamaño de la empresa en que se desea invertir. Adicionalmente, la lectura atenta de los estados financieros con esta idea en mente puede permitirnos entender más fácilmente las noticias financieras y hacer predicciones acerca de algunas empresas.

Sería deseable que aquella antigua disposición que pedía que todas las empresas publicaran sus estados financieros en el diario oficial se hiciera cumplir y pudiéramos tener acceso a un panorama más amplio de la situación financiera de las empresas mexicanas.

francisco.calleja52@gmail.com

Las opiniones de los alumnos (segunda parte)

25400772_sLo primero que se sugiere hacer al profesor es leer cuidadosamente la opinión de sus alumnos, no sólo los comentarios que la mayoría de las veces son pocos, sino los números y hacer una interpretación de los mismos. Lo que aparece a continuación se deriva de un caso, con cifras obtenidas a través de varios semestres en una misma universidad, por lo que pueden lanzarse algunas hipótesis. No olvidemos que todas las teorías de Jean Piaget se basaban en la observación de tres casos.

Si la institución tiene por costumbre, y son varias las que la tienen, hacer una encuesta a la mitad del semestre, debemos cerciorarnos de que la mayoría o todos los alumnos de cada grupo contestaron. De no ser así lo que leamos no tiene representatividad para hacernos una idea de lo que piensa el grupo. Es difícil que la encuesta de medio término sea inferior a la de fin de semestre, ya que en la primera el alumno tiene expectativas sobre el curso y sobre el profesor que ya perdió al final del semestre. Revise con calma los números de la encuesta de medio término, porque será difícil que los supere al final, en cada pregunta, en el promedio y en la opinión global sobre el profesor. Si usted mejora al final puede felicitarse porque ha desarrollado un buen y rápido trabajo de entender lo que su grupo le está pidiendo.

Es habitual que la opinión del alumno sobre su propio desempeño ésta sea inferior a la opinión sobre el profesor. En general esto indicaría que el profesor ha hecho bien su trabajo, pero que el desempeño del alumno no estuvo a la altura. De no ser así el profesor debe preocuparse, ya que el alumno piensa que hizo más de lo que vio hacer al profesor.

En la mayoría de los casos la opinión específica del alumno sobre el profesor o sobre sí mismo resulta inferior al promedio de las preguntas que ha contestado. Podría ser que el alumno castiga un poco o trata de ser más frío y objetivo al opinar sobre una persona en una sola pregunta. En lo personal pienso que deberíamos hacer más caso del promedio porque es más representativo. También debe reconocerse que en encuestas muy largas el promedio se desvirtúa porque el alumno termina contestando sin pensar, son preferibles las encuestas de pocas preguntas.

Observe si en su encuesta, el promedio de la opinión sobre el profesor considerando todos sus grupos ha mejorado o empeorado a través del tiempo. Lo ideal sería que mejorara cerca de un décimo de punto por semestre. Compare la encuesta de medio término del semestre actual contra semestres anteriores, igual en la encuesta final y pregunta por pregunta. si la tendencia a la mejora no existe puede trabajarse en ella, sobre todo en aspectos en que sabemos estamos débiles.

No piense que lo evaluará mejor el grupo que a usted le gusta más, rara vez sucede eso y dedique tiempo a revisar la encuesta y haga un plan de mejora, pero no piense todo el tiempo en la encuesta, es lo peor que puede hacer. El mensaje es leer las opiniones de los alumnos, no desestimarlas de entrada, tratar de interpretar y resumir lo que nos dicen, a fin de implementar mejoras en nuestra actividad docente, si esto se hace de manera continua seremos mejores profesores.

francisco.calleja52@gmail.com

Las opiniones de los alumnos (primera parte)

descargaDesde hace años las universidades han establecido entre los alumnos encuestas de opinión sobre los profesores. Más allá de la original resistencia que este instrumento tuvo y que siempre debemos considerar que se trata de la imagen que el estudiante percibe y no de una realidad absoluta, la idea debe ser aprovechada. Cualquier retroalimentación que se dé al profesor sobre su quehacer es buena, aunque hay algunos que la ignoran y otros que viven obsesionados por ella y que en la primera semana de clase ya están pensando en cómo los evaluarán sus alumnos. Un sano término medio es aconsejable ya que permite corregir malas prácticas y mejorar en el desempeño dentro del aula.

La teoría nos dice que estas encuestas podrían hacerse desde dos enfoques: partiendo de los alumnos o partiendo de las autoridades de la universidad. Claro que la primera opción es raramente usada, porque las autoridades no son muy afectas a permitirlo, por más que vivamos en un mundo posterior al antiautoritarismo y hablemos del aula invertida y otros conceptos igual de progresistas. Se trataría de hacer una primera encuesta entre el alumnado de una institución educativa para determinar las características que ellos considerarían debe tener un buen profesor, revisado este material se tomarían los elementos más representativos y, tras aplicar un instrumento piloto, se diseñaría una encuesta de opinión que sería utilizable durante un cierto tiempo, tal vez cuatro años, al final de los cuales tendríamos que repetir el proceso.

Lo habitual es que tengamos un instrumento diseñado por las autoridades de cada universidad que incluye los elementos que consideran el profesor debe cuidar. Es imposible evitar los sesgos y las preocupaciones particulares de algún directivo. Es famoso el caso de un análisis hecho por el coordinador de docencia de una universidad privada, en la cual se estudió, de las 35 preguntas que tenía la encuesta original, cuáles eran las realmente representativas, aquéllas con las que los alumnos diferenciaban a los profesores. El estudio arrojó siete preguntas realmente importantes en las que los alumnos hacían énfasis y una de las cuestiones desechadas fue la relativa a la puntualidad del profesor. Las autoridades de la institución obligaron a que la nueva encuesta tuviera ocho preguntas, las siete que el estudio indicaba y la relativa a la puntualidad, que un directivo no concebía que pudiera ignorarse.

Ahora bien, en estas épocas de evaluaciones de trescientos sesenta grados es una excelente idea complementar la encuesta en la que los alumnos opinan sobre los profesores con otra en la cual los alumnos opinen sobre sí mismos. El contar con los dos aspectos de la evaluación nos permite juzgar varios aspectos, desde el criterio con el que se está evaluando, la autocrítica que el alumno tiene y ciertas sugerencias a los profesores y a quienes leen estas encuestas y toman algún tipo de decisión con ellas.

francisco.calleja52@gmail.com

Contabilidad 1

9786073234771Una vez que se ha impartido la primera materia contable, no importa si es a estudiantes de contaduría o de otras profesiones, un número suficiente de veces, en mi caso se trata de ochenta y cinco ocasiones, en varias instituciones educativas, en mi caso en trece diferentes universidades, se va llegando a ciertas conclusiones y se trata de que dichas conclusiones queden por escrito.

Aparece la segunda edición de mi libro Contabilidad 1, aunque en realidad debería ser la tercera, pero son cuestiones de edición sin importancia, y traza un temario para el estudiante en este primer curso de la materia.

Los temas son: Conceptos básicos de la contabilidad, Normas de Información Financiera, el balance o estado de situación financiera, registro de operaciones, cuentas de resultados deudoras y acreedoras, inventario perpetuo, inventario periódico, analítico o pormenorizado, el estado de resultados, registro de operaciones en el diario y en paquetes de cómputo, ajustes y la nueva elaboración de estados financieros, estado de flujos de efectivo y estado de cambios en el capital contable.

Como se trata de más de cuarenta años de impartir la materia, no puede evitarse cierto escepticismo sobre los cambios de nomenclatura y cierta insistencia en explicar el origen de los términos o en recordar otras formas de hacer las cosas, de manera que no sólo se explica el último concepto de moda, sino también los orígenes y los cambios que los términos y los métodos han sufrido.

Pero lo importante es que el libro trata de relacionar con la realidad, con lo que efectivamente está sucediendo en las empresas el día de hoy, con los cambios tecnológicos o legales que afectan a quienes llevan una contabilidad y quieren conocer el fondo, pero también la forma adecuada.

El método de enseñanza sigue siendo práctico, la contabilidad se aprende haciéndola, de manera que se incluyen ejercicios en abundancia, casos para la toma de decisiones que, a final de cuentas, es lo que los usuarios hacen con la contabilidad y se incorporan casos éticos, ya que el momento actual y la preocupación empresarial va en contra de la corrupción que, lamentablemente, prevalece en algunos ambientes.

Sigue existiendo un listado de ejercicios que opcionalmente pueden resolverse con el paquete Contpaqi, así como muestras de exámenes parciales y final del curso, ejercicios integradores y prácticas finales. Se proporcionan un grupo de escenarios, para aquellos que quieran optar por la metodología del aprendizaje basado en problemas. Se ha incorporado una tabla en la que se muestra cuántos y cuáles ejercicios hay en cada tema, así como una rúbrica como sugerencia de la manera en que pueden calificarse los ejercicios.

Aunque haya diferencias en los temarios de la materia en las diferentes instituciones educativas, este libro puede adaptarse con facilidad a las necesidades particulares de la institución y de sus profesores, no debe olvidarse que versiones más sencillas del mismo están siendo utilizadas en Conalep y en Bachillerato.

 

500

500El objeto del artículo de hoy es totalmente personal y consiste en compartir con mis lectores que he llegado a quinientos artículos escritos.

Alejandro Prieto, director de la Escuela Bancaria y Comercial, y Luis Ruiz de Velasco, gerente de la Editorial Banca y Comercio y director del Instituto de Enseñanza Abierta de la misma escuela, me dieron las primeras oportunidades para escribir en las revistas que publicaban con diversa periodicidad: 2 en Banca y Comercio, 1 en Correo EBC y 10 en Foro de Ideas.

Producto de mi estancia en la Universidad Anáhuac del Sur escribí un artículo en colaboración con mi buen amigo el psicólogo Jaime Llano y tres más individualmente: 1 en Didac, 2 en Boletín Académico de la UAS y 1 en Boletín de Investigación de la UAS.

Como parte del Colegio de Contadores Públicos de México: 3 en Boletín de la Comisión de Docencia del CCPM.

Derivado de mi estancia en el ITESM-CCM participé en varias de sus publicaciones: 26 en En Común, 3 en Jaque y 4 en el Blog de Extensión Académica del ITESM-CCM. Como profesor de dicha institución publiqué en periódicos: 30 en El Financiero, 1 en Reforma, 100 en El Economista y 94 en La Razón

2 en Palabra COBAQ, publicación del Colegio de Bachilleres de Querétaro y 1 en Boletín Electrónico del Instituto Federal de Especialistas en Concursos Mercantiles.

Me fueron aceptados algunos artículos en las revistas del Colegio y del Instituto Mexicano de Contadores Públicos de México. 6 en Veritas y 1 en Contaduría Pública.

Ahora, como parte del claustro académico de la UDLAP  la he representado varias veces: 22 en el Sol de Puebla, 8 en Milenio-Puebla, 2 en Blog de la UDLAP, 8 pantallas Expresiones UDLAP y 1 en TodoPuebla.com.

Más los177 en mi Blog: Visión Financiera.

Hacen un total de 500. De nuevo gracias a mis lectores y muy especialmente a los que me han hecho llegar algún tipo de comentario.

francisco.calleja52@gmail.com

Un contador para el mañana

Hace cien años una de las materias del plan de estudios de los contadores era Caligrafía. Un buen contador o tenedor de libros, como se les denominaba entonces, debía tener una clara y bella letra. Todavía hace cincuenta años un eminente socio de un despacho de auditores veía los papeles de trabajo de su mejor encargado de auditoría y le decía: ¿Quién debe ver esto?

-¿Por qué?

-Para darle una aspirina, por el dolor de cabeza que le provocará tu letra.

El día de hoy, probablemente, todo lo que cualquiera vea del contador son documentos impresos en Word o en cualquier otro paquete computacional y jamás sepa cómo es su letra. Por cierto, el encargado de auditoría del párrafo anterior es ahora un financiero muy importante y casi nadie debe ver su letra.

Hace cuarenta años un profesor de contabilidad le preguntaba al personal de Informática, ahora diríamos de Tecnología de la Información, si sus ejercicios, que escribía a mano, que una secretaria pasaba a máquina y cuyos originales él atesoraba, podían ser introducidos en la computadora.

Ahora ese profesor modifica sus originales obsesivamente en su propia computadora y sus libros se venden más como e-book que en versión impresa.

Hace veinticinco años un contador o un director financiero pasaba parte importante de su jornada laboral firmando documentos para el interior o para el exterior de su empresa y tenía en alta estima una buena secretaria que no cometiera errores y tuviera buena ortografía. No podía moverse de su oficina desde las ocho de la mañana, era el primero en llegar, hasta las nueve de la noche, en que era el último en salir.

Hoy ese mismo directivo usa el correo electrónico de manera intensiva y recibe más de ochenta correos diarios y escribe y envía cuando menos veinte o treinta. No importa dónde está físicamente, ya que mientras hace ejercicio por las mañanas revisa en su teléfono inteligente algunos mensajes que le llegaron durante la noche de las sucursales de la empresa en China. Come con su Tablet encendida a su lado y lo último que hace antes de dormir es mandar un mensaje a sus similares en Europa, comparando cifras. Vio en internet que Tim Cook, el CEO de Apple, se levanta a las tres de la mañana para revisar sus correos y ha estado pensando que es buena idea.

No sabemos exactamente cómo será el futuro, no somos futurólogos somos contadores, pero sí sabemos que las universidades preparan contadores para el mañana y sabemos que los necesitamos con conocimientos técnicos muy sólidos, sin ningún miedo a la tecnología y abiertos a emprender nuevos caminos para un futuro que es incierto, pero sumamente seductor.

Tal vez lo más difícil será entender que del pasado debe sobrevivir y que de lo nuevo debe incorporarse. Como decía el general Douglas MacArthur esperemos que Dios nos conceda la sabiduría de distinguir lo que debe sobrevivir y lo que debemos incorporar, pero confiemos porque Dios es contador.

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Las tendencias y las razones

Cuando analizamos los estados financieros de una empresa, sea que trabajemos con pesos, lo cual no es aconsejable, que hagamos la conversión a porcentajes o que calculemos razones, que son relaciones entre cifras del balance, del estado de resultados y del estado de flujo de efectivo, es importante estar atento a descubrir si los números muestran alguna tendencia.

Fácilmente entendemos que tendencia es una inclinación identificable al alza, la baja o la estabilidad en alguno de las áreas del negocio. Las cifras financieras, dado que dependen de factores internos y externos a la organización, pueden ver interrumpida una tendencia a la mejora, lograda con gran esfuerzo por la administración por un evento externo inesperado y desfavorable. Pero también, una tendencia negativa provocada por situaciones de crisis externa, pueden ser revertidas por un esfuerzo de los miembros de la empresa.

En México donde la política ha dominado la economía, en vez de lo contrario, las tendencias difícilmente superan un sexenio, y si a eso agregamos las crisis financieras internas y externas veremos que no es fácil encontrar tendencias, por ello cuando las hay debemos resaltarlas. Caso notable es una de las razones de rendimiento (utilidad neta entre ventas) en los estados de resultados de Wal-Mart que de 2005 a 2013 se ha mantenido cada año alrededor del 6%, destacándose como una muestra de estabilidad difícil de igualar.

La complejidad de los diversos elementos que entran en juego para opinar acerca de una empresa, lleva a valorar extraordinariamente los esfuerzos de las empresas para mantener una estructura en su estado de resultados, es decir, una proporción entre ventas, costo de ventas, los gastos y la utilidad. Podemos imaginar que cualquier gerente al que en 2005 le hubiesen puesto como meta mantener un 6% de utilidad neta entre ventas hasta 2013 no hubiera aceptado el reto.

Aunque la tendencia no lo dice todo, si agregamos un análisis más, en el cual comparamos el porcentaje de incremento en la utilidad neta dividido entre el porcentaje de incremento en las ventas, nos proporciona lo que llamamos apalancamiento total, es decir, cuanto se incrementan las utilidades por cada peso que se incrementan las ventas. Es fácil suponer que todos deseamos que por cada peso que aumenten las ventas nuestras utilidades aumenten más de un peso. En la gráfica podemos ver que aquí no hay una tendencia sino una lucha por reducir el efecto de los costos fijos y de los costos financieros para que la empresa sea mejor. No siempre se logra, las crisis afectan.

La administración de cada empresa se esfuerza por generar valor para sus dueños y hacerlo a través del cumplimiento de ciertos objetivos, la mezcla de dos razones tan aparentemente diversas nos permite ver como la gerencia financiera debe estar atenta a todos los factores que entran en juego y esforzarse en lograr el mejor de los resultados posible, aunque no todo sea perfecto.

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