Un curso de Contabilidad Financiera comienza haciendo ver a los estudiantes que ellos saben contabilidad, aunque sea de forma empírica. Es probable que se hayan preguntado: ¿Cuánto debo? ¿Cuánto me deben? ¿Cuánto gasté? ¿Cuánto pagué por tal o cual bien que adquirí? Después de esta mención se abandona el tema personal y el curso se enfoca a las organizaciones, porque la contabilidad es el lenguaje de los negocios.
Se deja claro que el conocimiento contable es la base para entender las finanzas y de nuevo se aprovecha el tema personal, porque en los últimos años se ha incrementado el interés y la importancia de conocer cómo manejar inteligentemente las finanzas personales, abundan ahora los cursos sobre el tema impartidos dentro de las universidades o por instituciones de crédito.
Sólo que las finanzas personales son como un traje a la medida, es decir, cada quien debe hacer un análisis de sus objetivos para el porvenir y actuar financieramente en consecuencia. Un presupuesto es un elemento vital en esa planeación. Estimar los ingresos y adecuar el gasto a esos ingresos, estableciendo prioridades. Las reglas o consejos para todos son buenos, pero rara vez son seguidos si no coinciden con los objetivos particulares de las personas.
Pueden imaginarse escenarios tomados de casos reales:
Una persona que ha terminado sus estudios profesionales y comienza a trabajar seleccionando una organización con abundantes prestaciones, planes de pensión y que garantiza estabilidad laboral. Esta persona será, probablemente, mesurada en sus gastos y conociendo con claridad sus ingresos ahorrará de manera importante, se jubilará a una edad temprana y disfrutará de su pensión o jubilación por muchos años.
En cambio, otro egresado ingresará a un despacho y durante un periodo de diez años o más recibirá poco sueldo, pero tendrá un aprendizaje enorme y al cabo de ese tiempo tendrá opciones interesantes como ser socio de la firma, poner su propio despacho o sacar provecho de sus conocimientos aceptando un puesto importante en una gran empresa con una retribución muy superior a la que ha tenido hasta entonces, su futuro está garantizado.
Finalmente, podría plantearse el caso de alguien que desea dedicarse en su vida a lo que le gusta y que acepta que eso no lo hará rico ni en el corto ni en el largo plazo, pero no le preocupa y persevera en su actividad, con ingresos que le permiten vivir razonablemente y jubilarse lo más tarde posible, ya que ama su trabajo.
Como es costumbre el planteamiento está hecho en función de contadores, ahora bien la situación actual es alentadora en el sentido de que las nuevas generaciones desconfían del crédito y muchos prefieran ahorrar para comprar antes que optar por el endeudamiento, adicionalmente cada vez hay mayor información sobre dónde invertir los excedentes de ingresos, como los fondos de inversión en un banco o en una casa de bolsa. Un tema fundamental de las finanzas personales es estar bien informado.
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