No está a discusión el hecho de que la tecnología evoluciona cada vez más rápido (la compresión del tiempo es fascinante), tampoco se duda de que los profesionales siempre han egresado de sus universidades con un cierto rezago tecnológico (sobre todo en el Tercer Mundo)y que deben, rápidamente, subsanar esa brecha, ya que es incuestionable el alto componente tecnológico que hay en cualquier puesto del mercado laboral actual y que este componente se incrementará en los próximos años. Muchas veces las empresas solicitan que los candidatos a ingresar tengan ciertos conocimientos y si no los tienen proceden a capacitarlos. Todo mundo está deseoso de mayor capacitación tecnológica pero, atención, no todos requieren capacitación sobre el mismo tema y no todos la requieren en el mismo grado, ya que esto depende de su puesto y de su profesión.
En lo que no pueden permitirse confusiones es en relación con lo que debe enseñarse en la universidad. Los planes de estudio de las diversas licenciaturas del área de negocios no deberían incluir tecnologías demasiado específicas. Será muy útil establecer talleres, laboratorios o materias opcionales dónde esto se haga, pero no es pertinente modificar un plan de estudios para enseñar un lenguaje computacional, una forma de programación o de codificación, lo cual sí es propio en las ingenierías. El mismo argumento que usan los promotores de esta idea regresa a ellos como un boomerang y lo nulifica. Si la tecnología está cambiando tan rápido ¿por qué incluirla al mismo nivel que los conceptos, metodologías, razonamientos y criterios básicos y duraderos de una profesión? Si los que tenemos ahora más de cincuenta años aprendimos lenguajes y software que hemos necesitado olvidar, las generaciones actuales ¿cuánto necesitarían desaprender antes de terminar su licenciatura?
Ahora bien, habrá tecnología que alguna profesión deba aprender, pero no generalicemos pretendiendo que todas lo hagan. Tal es el caso de Big Data Analysis o la ciencia de los datos, como la llaman a algunos. Es cierto que las tecnologías y algoritmos para manejar datos que llegan velozmente, en gran volumen y de manera compleja impactan a la administración y a su toma de decisiones, pero no de la misma forma en todos los niveles y en todas las áreas de la empresa. El interés por la información de las redes sociales y su utilidad es muy diferente para un egresado de mercadotecnia que para un contador. Pareciera ser el momento de que los especialistas se hagan cargo de estas cuestiones y que todos los estudiantes universitarios reciban una plática, luego un taller y finalmente, que los interesados, busquen estudiar a fondo el tema. Pero hay una gran distancia entre esto y quitar una materia en el plan de estudios para sustituirla por este tema. En todo caso ya hay universidades mexicanas que ofrecen desde certificaciones hasta maestrías en el tema, aunque están mucho más encaminadas a egresados de ingeniería.