José Agustín

A pesar de no ser día feriado comentemos acerca de José Agustín, el escritor mexicano fallecido el pasado día 16.

Fue parte del grupo de escritores de la Onda, nombre creado por Margo Glantz, formado por él, Gustavo Sainz, Parménides García Saldaña, Gerardo de la Torre y algún otro. El calificativo terminó molestando a sus integrantes, cuando superaron su rebelde posición juvenil y consideraron que los limitaba y simplificaba. Empezaron a publicar entre 1960 y 1970. Jugaron con el lenguaje y se atrevieron a usar expresiones nuevas. Algunos de ellos participaron en los talleres de Juan José Arreola, quien supo entenderlos y ayudarlos en su maduración como escritores. De los integrantes del grupo, Parménides García Saldaña (1944-1982), Gustavo Sáinz (1940-2015), José Agustín (nacido en 1944) es el más famoso, incluso al grado de llegar a opacar a los otros.

Sus temas tienen relación directa con lo que vivió como adolescente y en su juventud, su lenguaje era sumamente real, las historias y personajes eran creíbles y estaban ambientadas en el entorno que conocían a fondo. Hay referencias al jazz y al rock and roll, en el cual llegó a ser un verdadero experto. Aportó una frescura y una rebeldía en un momento literario particular de México, en que las grandes figuras desaparecían. Logró una comunicación instantánea con lectores jóvenes. Puede criticarse que no llegó a trascender más allá de las fronteras, pero tiene un lugar en la literatura nacional.

Por “Se está haciendo tarde (final en la laguna)” recibió el premio Dos Océanos del Festival de Biarritz, por “Vida con mi viuda” el premio Mazatlán de Literatura. En 2.011 recibió el Premio Nacional de Artes en el área de Lingüística y Literatura.

Escribió cuentos, novelas, ensayos y artículos sobre los sucesos que le tocó presenciar. Un ejemplo sería La Casa del Sol Naciente con artículos sobre música y uno que otro sobre cine. Destacan los escritos sobre Elvis Presley, Jim Morrison y el Ciudadano Kane.

Pero son sus novelas, tanto las iniciales como La Tumba o De Perfil y las posteriores como Armablanca las que harán que quede en la historia de la literatura mexicana. Por lo que escribió y por la influencia que tuvo en escritores como Juan Villoro. Un lamentable accidente en 2009 lo retiró de la actividad literaria y la vida pública.

Una pequeña bibliografía de él sería:

Agustín, José, De perfil, Cuarta edición, México: Ed. Joaquín Mortiz, 1.971, 355 pp.

Agustín, José, Abolición de la propiedad, Segunda edición, México: Ed. Joaquín Mortiz, 1.971, 111 pp.

Agustín, José, La Tumba, Quinta edición, México: Ed. Novaro, 1.972, 141 pp.

Agustín, José, El rock de la cárcel, México: Editores Mexicanos Unidos, 1.986, 187 pp.

Agustín, José, Círculo vicioso,  México: Ed. Joaquín Mortiz, 1.974, 95 pp.

Agustín, José, Tragicomedia mexicana , México: Ed. Planeta, 1.992, 274 pp.

Agustín, José, Inventando que sueño. Cuentos completos 1.968-1.992 (Inventando que sueño. No hay censura. No pases esta puerta), México: Ed. Joaquín Mortiz, 1.995, 390 pp.

Agustín, José, Dos horas de sol, México: Ed. Seix Barral, 1.995, 215 pp.

Agustín, José, Vida con mi viuda, México: Ed. Joaquín Mortiz, 2.004, 259 pp.

Agustín, José, La Casa del Sol Naciente (De rock y otras rolas), México: Ed. Nueva Imagen, 2.006, 173 pp.

Agustín, José, La contracultura en México, México: Ed. De Bolsillo (Random House Mondadori), 2.004, 168 pp.

Agustín, José, La nueva música clásica, México: Ed. Universo, 1.985, 199 pp.

Agustín, José, Armablanca, México: Ed. De Bolsillo (Penguin Random House), 2.014, 252 pp.

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La literatura de la onda

Un grupo de escritores identificados como de la Onda, nombre creado por Margo Glantz, formado por José Agustín, Gustavo Sainz y Parménides García Saldaña, más otros que nunca aceptaron ser parte de ese movimiento, como René Avilés Fabila o Gerardo de la Torre. Aunque el calificativo terminó molestando a sus integrantes, cuando superaron su rebelde posición juvenil y consideraron que los limitaba y simplificaba, como quedó demostrado en su posterior desarrollo. Empezaron a publicar entre 1960 y 1970. Jugaron con el lenguaje y se atrevieron a usar expresiones nuevas. No debe olvidarse que algunos de ellos participaron en los talleres de Juan José Arreola, quien supo entenderlos y ayudarlos en su maduración como escritores, José Agustín es el caso más significativo. Sus temas tenían relación directa con lo que habían vivido como adolescentes y en su juventud, su lenguaje era sumamente real, las historias y personajes eran creíbles y estaban ambientadas en el entorno que conocían a fondo. Hay referencias al jazz y al rock and roll, en el cual José Agustín llegó a ser un verdadero experto.

Diversos escritores con estilos y vivencias parecidas han sido designados como parte de un grupo, aunque la mayor parte de las veces no sea de su agrado, pero estas afinidades electivas entre intelectuales hacen posible ubicarlos en el tiempo y juzgar su impacto en la vida cultural con mayor facilidad. La Onda aportó una frescura y una rebeldía en un momento literario particular de México, en que las grandes figuras iban inmovilizándose. Lograron una comunicación casi instantánea con sus lectores de su misma generación. Puede criticárseles que no llegaron a trascender más allá de las fronteras, pero tienen un lugar interesante en la literatura nacional. El grupo no tiene definiciones de fondo o de forma, cada uno escribía y fueron los críticos quienes se encargaron de etiquetarlos buscando rasgos comunes.

Sus tres integrantes son bien diversos, Parménides García Saldaña (1944-1982) es el más extremo y el malogrado, ya que su temprana muerte a los 38 años, producida entre otras cosas por sus excesos trunca su desarrollo. Gustavo Sáinz (1940-2015) es el más completo en cuanto a que desarrolla su carrera literaria donde experimenta de manera muy arriesgada, pero también fue funcionario público, académico y editor de revistas y libros. Durante años fue profesor en universidades estadounidenses. José Agustín (nacido en 1944) es el más famoso, incluso al grado de llegar a opacar a los otros integrantes del grupo, construye una obra literaria muy amplia e  interesante y desarrolla su gusto por el rock and roll que lo hace un crítico importante en este campo. Gustavo Sáinz y José Agustín continuaron escribiendo y superaron sus estilos iniciales con éxito diverso.

Uno de los varios “grupos sin grupo” que han existido en la literatura mexicana a los cuales vale la pena recordar volviéndolos a leer.

francisco.calleja52@gmail.com

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La literatura de la onda

Día de descanso, día de hablar de literatura.

Un grupo de escritores identificados por los críticos como de la Onda, formado por José Agustín, Gustavo Sainz y Parménides García Saldaña y otros más que nunca aceptaron ser parte de ese movimiento, como René Avilés Fabila o Gerardo de la Torre. Aunque el calificativo terminó molestando a sus integrantes, cuando superaron su rebelde posición juvenil y consideraron que los limitaba y simplificaba, como quedó demostrado en su posterior desarrollo. Todos empezaron a publicar entre 1960 y 1970. Jugaron con el lenguaje y se atrevieron a usar expresiones nuevas. No debe olvidarse que algunos de ellos participaron en los talleres de Juan José Arreola, quien supo entenderlos y ayudarlos en su maduración como escritores. Sus temas y su lenguaje tenían relación directa con lo que habían vivido como adolescentes y vivían en su juventud, su lenguaje era sumamente real, las historias y personajes eran creíbles y estaban ambientadas en el entorno que conocían a fondo. Hay referencias al jazz y al rock and roll, en el cual José Agustín llegó a ser un verdadero experto.

Diversos escritores con estilos y vivencias parecidas han sido designados como parte de un grupo, aunque la mayor parte de las veces no sea de su agrado, pero estas afinidades electivas entre intelectuales hacen posible ubicarlos en el tiempo y juzgar su impacto en la vida cultural con mayor facilidad. La Onda aportó una frescura y una rebeldía en un momento literario particular de México, en que las grandes figuras iban inmovilizándose. Puede criticárseles que no llegaron a trascender más allá de las fronteras, aunque fueron traducidos, pero tienen un lugar interesante en la literatura nacional. Es importante, también, señalar que el grupo no tiene definiciones de fondo o de forma, cada uno simplemente escribía y fueron los críticos quienes se encargaron de etiquetarlos y de encontrar los rasgos comunes.

Sus tres integrantes son bien diversos, Parménides García Saldaña (1944-1982) es el más extremo y el malogrado, ya que su temprana muerte a los 38 años, producida entre otras cosas por sus excesos trunca su desarrollo. Gustavo Sáinz (1940-2015) es el más completo en cuanto a que desarrolla su carrera literaria donde experimenta de manera muy arriesgada, pero también fue funcionario público, académico y editor de revistas y libros. José Agustín (nacido en 1944) es el más famoso, incluso al grado de opacar a los otros integrantes del grupo, construye una obra literaria muy amplia e  interesante y desarrolla profundamente su gusto por el rock and roll que lo hace un crítico importante en este campo.

Uno de los varios “grupos sin grupo” que han existido en la literatura mexicana a los cuales vale la pena recordar volviéndolos a leer.

francisco.calleja52@gmail.com